Te mando una botella de amor.

No sé si a veces te pasa: no siempre puedo dormir. Cuando el insomnio me acecha decido imaginar, soñar. Despejo mi mente y la dejo volar, me dejo llevar por ella, viajar por donde me dicte.
Por lo general sueño cosas diferentes como tener poderes copados y salvar a las personas en peligro, jugar en la cancha de river un superclásico vestida de un jugador y después de ser la goleadora mostrar mi cabello largo y reírme en la cara de Palermo, o entablar una charla con el Pity de las Pastillas del Abuelo acerca de rimas y letras de canciones.
Pero las pocas, tengo un sueño que se repite. Me imagino caminando por la costanera, sola, pensando en vos, observando el horizonte, creyendo firmemente que en alguna parte del río estas vos observándolo también. Por arte de magia, aparece un papel de esos antiguos(parecido a los pergaminos) en mi bolsillo derecho y una pluma en el izquierdo. No me asombro por ello, desde el comienzo me doy cuenta que es un sueño. Escribo en el papel, aunque me esfuerce, nunca alcanzo a distinguir bien qué es aquello que escribo, lo que si diviso al final es un “te amo” garabateado y un corazón al costado. Acto seguido enrollo el papel y lo coloco dentro de una botella de vidrio que encuentro al costado de mi pierna izquierda. La tapo con un corcho y, con todas mis fuerzas, tiro esa botella al agua, esa botella que del otro lado esperás con ansias. Esa botella que sin ninguna excepción la recibís, la tomás en tus manos, la descorchás y leés, esa botella te dice que sigas adelante, que no bajes los brazos, que yo te estoy esperando, que espero que no te olvides que no me olvido de esperarte, que siempre, pero siempre el camino es hacia adelante, sin mirar atrás.

Aunque mi sueño no es perfecto, aunque podría imaginar que estamos juntos, que compartimos todos los días de nuestra vida, mi sueño demuestra la necesidad de estar comunicada con vos, la necesidad de que sepas que estoy desde algún lugar pensando en vos, alentándote a seguir.

Popeye está lejos de Olivia :(