No hay pasados pisados ni pasados.

El pasado viene de arrebato a desorientarnos justo cuando vamos cuesta arriba y con las piernas cansadas, decimos. Nos quejamos del pasado, lo prejuzgamos. Queremos dejarlo ahí, olvidarlo para siempre y seguir nuestro camino.
Pero nadie vé más allá del dolor. Que todo lo que somos es gracias a nuestro pasado y lo que seremos será gracias a nuestro presente, bueno o malo sea esto. Y si, todos cometemos errores, pero errores que nos enseñaron a no volver a cometerlos, piedras en nuestro camino que nos enseñaron mas cosas que los aciertos.
Yo siempre miro hacia el pasado, siempre le hecho una ojeada para tratar de mejorar. Cada vez que miro hacia atrás, menos quiero desprendérmelo, cada vez lo quiero más. Y es verdad que tuve millones de lágrimas pero la mayoría fueron de alegría.

Si revuelvo el pasado, puedo encontrar amigos que hoy solo son compañeros, unas cuantas botellas olvidadas, un amor que nunca fue, un amigo de mi hermano que hoy es mi novio, un mejor amigo que hoy es amigo de mi hermano, un hermano que solo era hermano y que hoy es también amigo; amigas que hoy son mas amigas, tortas de cumpleaños con unas cuantas velitas, viajes planeados que están muy lejos de concretarse, besos, miradas que provocan sonrisas, lagrimas y abrazos, charlas, una que otra mentirita piadoza.

Si revuelvo el pasado puedo encontrar de todo…vos sabés, cachivaches que guarda la memoria, cachivaches que dicen quien soy. Quien me enorgullezco de ser.

Si revuelvo el pasado él se hace del loco y hasta se burla, pero yo le miro y le sonrío indiferentemente, sigo mi camino y no dejo de mirarle de reojo.